El viñedo es uno de los cultivos característicos del Mediterráneo. España alberga cientos de miles de hectáreas y zonas de interés, cada una con características especiales: desde los viñedos volcánicos de La Geria en Lanzarote hasta la húmeda Galicia y su Ribeira Sacra, pasando por el frío Somontano o el caluroso Condado de Huelva en las inmediaciones del Espacio Natural Doñana. Todos estos viñedos tienen en común su dependencia de un medio ambiente sano: sin un suelo fértil, sin un clima estable o sin la fauna que controla de manera natural las plagas en los cultivos, no tendrá futuro su actividad. Para conjugar la vertiente productiva, enfocada a la calidad más que a la cantidad y con el debido respeto al medio ambiente, son necesarias prácticas agrícolas al alcance de cualquier viticultor.
TIERRA
Aporte de materia orgánica mediante abonos, cubiertas vegetales y otros restos vegetales y de bodega previamente compostados, priorizando su uso frente al de fertilizantes químicos. Además, el manejo adecuado de la cubierta del terreno permite el control de la erosión y proporciona alimento y cobijo a la fauna auxiliar.
AGUA
Fomento del viñedo de secano y, en el caso de regadíos existentes, realizar solo riegos de apoyo y en zonas donde no haya escasez de agua. Hay que contar, además, con la correspondiente concesión de agua y con la información sobre el estado del suelo, clima y planta que permita tomar la decisión de riego más adecuada.
BIODIVERSIDAD
Respeto de cada ser vivo que puebla este agroecosistema, en sus relaciones y servicios originados, además del entorno en el que se desarrollan. Fomento a través de:
- Setos vivos. Recuperar o mantener especies autóctonas en las lindes de la finca, arroyos o en otras zonas del interior de la misma, obteniendo beneficios agronómicos y ambientales.
- Fauna auxiliar. Proporcionar alimento y cobijo a aves, insectos, etc., para combatir de manera natural plagas y enfermedades. Por ejemplo, mediante cubiertas vegetales, recuperación de vegetación autóctona, instalación de cajas nido o mantenimiento de construcciones tradicionales.
CLIMA Y ENERGÍA
Reducción del consumo de energía tanto en viñedo como en bodega, empleo de energías renovables y puesta en marcha de medidas para la adaptación al cambio climático (apoyo al viñedo de secano, cultivo de variedades autóctonas de viñedo, etc.).
BODEGA
Apuesta por el uso sostenible de los recursos (energías renovables, dispositivos de ahorro y depuración de agua, etc.). Sin olvidar el uso de corcho certificado para el embotellado del vino, certificación que asegura la gestión ambiental y socialmente responsable de los alcornocales.
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